Creación de equipos de trabajo

Se define a un grupo  como un conjunto de personas, y a diferencia de un equipo, este estaría formado por un grupo de personas organizado, que tiene un fin común, por lo que hace falta algo más que la reunión de una serie de individuos.
    Las fases por las cuales pasa un grupo para llegar a ser un equipo son:
• Fase de dependencia:
Para empezar a tener conciencia de equipo es necesario que los miembros del grupo asuman y acepten la autoridad formal que les es propuesta, unido a la coordinación planteada para conseguir unos objetivos comunes. El líder en convivencia con la dirección es el encargado de establecer estos puntos, para evitar dudas posteriores con respecto a las metas que es necesario alcanzar, o características generales del equipo.
• Fase de contradependencia:
El equipo va creciendo en su dependencia hasta llegar al punto donde aparecen los primeros desacuerdos hacia la sumisión absoluta que se ha demostrado respecto al líder. Los miembros del equipo empiezan a expresar con una libertad cada vez mayor sus opiniones y poco a poco se definen los roles que asume cada uno de ellos
• Fase de interdependencia:
Una vez que hemos llegado a éste punto los componentes del equipo optan por una mayor independencia con respecto al líder formal, por lo que el coordinador se verá obligado a recordar el espíritu inicial de cooperación, coordinación y consecución de unos objetivos preestablecidos y acordados.
• Fase de euforia:
Después de un tiempo en el que existen ciertas discrepancias generales, el equipo se siente reforzado y más unido que nunca, por lo que los sujetos que lo componen siente libertad para expresar sus ideas, críticas y opiniones desde la perspectiva de la mejor continua del equipo. En ésta situación se fomenta la toma de decisiones consensuada, limando desavenencias, apoyada en una facilidad recién adquirida en la que hay mucha participación y el clima del equipo es muy optimo. Las concesiones son elevadas y la conciencia de pertenecer al grupo adecuado, aumentan. Pese a todo, éste es un momento superficial que tendrá que ser afianzado en posteriores fases.
• Fase de identidad:
El pensamiento individualista vuelve a aparecer y cada miembro del equipo empieza a pensar en sí mismo, su papel en el conjunto y su futuro. Pueden volver a aparecer contradicciones y los acuerdos globales tengan cierta dificultad para ser alcanzados. El poder y más concretamente la lucha por conseguirlo hace que se ponga en duda al coordinador, conllevando una cierta división del equipo, apoyada en estrechas relaciones interpersonales.
• Fase de madurez:
Hemos llegado al punto en el que el grupo se puede considerar equipo. Hemos pasado momentos de crisis, con fracasos y logros incluidos, tendencias individualistas y finalmente se ha conseguido instaurar una conciencia grupal, basada en la dependencia y la seguridad de que el rendimiento de varios sujetos unidos y predispuestos es mucho mayor que cada uno de ellos de forma individual.

El proceso para hacer de un grupo un equipo puede verse dificil y en un largo periodo de tiempo, pero en muchas ocasiones se da de forma natural y con rapidez.